Satarah, Polina y Natalya llegaron a la boutique donde Rashel les había enviado la ubicación y ahora todas estaban buscando conseguirle un vestido a Satarah para la boda.

La diseñadora oía cada detalle de lo que quería Tarah quien no podía dejar de sonreír entusiasmada.

—La boda será después de que dé a luz, quizás en seis meses —murmuró ella acariciando su vientre suavemente.

Los terremotos no dejaban de moverse y no sabía si se debía a su estado de ánimo.

Desde que Dimitry le había pedido matrimonio no podía dejar de estar emocionada más por lo que significaba para ambos. No es como si no se sintiera casada. Pero todo en su matrimonio había resultado arreglado por otros, ni siquiera se había puesto un vestido que le gustara, con las mejillas sonrojadas recordó que se había emborrachado la noche de su bodas demasiado nerviosa como para asumirlo, el pensamiento de que estaba usurpando el lugar de su hermana la había llevado a actuar de esa manera pero ahora que nada se interponía entre