Capitulo 103.
CHRIS
Conducir por las calles de este barro me remontan una vez más al pasado, cuando creí que mi esposa me engañaba con mi mejor amigo. Y la verdad es que esos tiempos no fueron para nada fáciles, pero son eso eso, pasado. Nada más.
El tener que regresar por el mismo tema me pone los pelos de punta, pero mi esposa tiene un gran presentimiento sobre él por lo que apenas estacionamos, ambos fijamos la vista en la casa que mantiene sus cortinas cerradas. No hay ninguna clase de movimiento a pesar de la hora que es, y tampoco está el coche que solía estar estacionado en el garaje.
Siempre supe que Julian no tenía ni dónde caerse muerto, que ese coche solía ser de su madre, y al no poder renovar la licencia le tocó dejarlo estacionado ahí. Pero ya no está.
—¿Recuerdas cómo era?— pregunta mi esposa, observándome con el ceño fruncido—. Cuando vine estaba ahí, estoy segura.
—Sí, yo también lo recuerdo—concuerdo—, pero no se me viene a la mente un modelo o un color.
Ella chasquea su lengua