Ya que no consiguió salir de allí, el único medio que encontró fue bailar conforme la música. Maia eligió el lugar donde estaban haciendo masajes, pensando así que podría distanciarse de aquellas mujeres. Pero parecía que ellas la estaban persiguiendo, pues fueron detrás de ella, eligiendo la misma opción.
Ellas iniciaron una conversación donde hablaban sobre los gustos de sus maridos.
—Yo siempre procuro mantener mis uñas largas, ya que a mi marido le gusta que le deje marcas en la espalda, en la hora H. —Reveló Suzy, ya que algunas estaban hablando sobre lo que a los maridos les gustaba en la hora del sexo.
—En cambio, a mi marido le gusta que siempre deje mi cabello suelto y largo. Es como si tuviera un fetiche con eso. —Respondió Kate.
—Bill es totalmente lo contrario; a él siempre le gusta que me recoja el cabello, ¿sabes? Él es del tipo salvaje. —Dijo Stefani, soltando una risita, pero Maia no creía mucho en aquella conversación.
Las mujeres percibieron que Maia seguía en silenc