Victoria abrió los ojos de golpe, cuando una pesadilla la despertó abruptamente. El miedo invadió su cuerpo, extrañamente el pavor que sentía en ese momento no era precisamente por el peligro que ella pudiera correr, si no por que pensaba que a César podría pasarle algo.
Se encontraba en el mismo sitio oscuro, con las manos atadas por su secuestrador.
El corazón de Victoria comenzó a latir con fuerza, sintiendo un nudo en la garganta al darse cuenta de que su pesadilla era una realidad. Al estar ella en ese sitio, César haría todo para encontrarla, poniéndose en peligro.
Solo quería saber quién o quiénes habían hecho todo eso. ¿Quién los odiaba tanto para que los hiciera sufrir de esta manera? Miró a su alrededor, tratando de encontrar alguna salida o una oportunidad para escapar, pero la oscuridad y el desconcierto la abrumaban.
Victoria logró palpar su estómago, jurándose a si misma que seria fuerte por todos sus seres queridos y que no dejaría que le hicieran daño a su bebé.
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