Kate preparó el desayuno esa mañana. Estaba feliz de que Victoria estuviera con ella cómo antes, aunque los últimos días la había visto un poco extraña. Más pensativa.
Ella creía que era por lo que estaba pasando con Oliver, conocía la historia gracias a que Victoria le tenía mucha confianza. Siempre le causó incomodidad y enojo la forma en la que los Solís preferían a Zoé ante Victoria. Constantemente haciendo diferencias.
Como si su amiga no fuera de su sangre. Victoria estaba acostumbrada a vivir así por veintidós años, así que no se le hizo extraño cuando sus padres no la buscaron, ni menos se preguntaron si estaba bien.
Victoria se fue haciendo independiente. La mayoría conocía a Victoria por ser recatada, paciente y de un carácter débil, pero no sabían que, detrás de todo eso, existía una famosa y muy cotizada diseñadora de joyas.
Ese era su secreto detrás del dinero que Harry Graff le depositaba cada mes y el porqué jamás necesitó tomar ni un centavo del dinero de Oliver.
Ella