Capítulo452
—Yo… —Julieta miró a Hernán—. Lo siento.

Después de un largo rato, dijo con voz ronca:

—Señor Gil, gracias por lo de hoy, pero… realmente no me interesan los hombres.

Al oír sus palabras, Hernán la miró y habló como si estuviera bromeando:

—¿Será que te gustan las mujeres?

—No. —Con las orejas ligeramente rojas, Julieta se apresuró a explicar—: Lo que quiero decir es que no me interesan cosas como enamorarse, así que…

—Entonces, ¿me dices que deje de molestarte? ¿Que deje de aparecer delante de ti? ¿Que no te mande más flores y que no te invite a cenar?

Julieta se quedó helada y miró a Hernán con cierta consternación. El hombre había dicho todo lo que ella quería decir. ¿Qué más podía añadir?

—¿Y si digo que sólo quiero ser tu amigo?

Mientras decía estas palabras, Hernán ya había aparcado su coche a un lado de la carretera. Giró la cabeza y la miró con esos bonitos y profundos ojos.

En un instante, las mejillas de Julieta se pusieron rojas como si estuvieran ardiendo. ¿Lo había entendi
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