Capítulo429
—Julieta…

Al ser golpeada así, Dalila sintió la oscuridad que había en ella. Cuando giró la cabeza para mirar a Julieta, la vio como un demonio que volvía del infierno. Era fría y aterradora.

Temblaba y pedía piedad. Seguía suplicando piedad.

—Déjame ir, no me mates, te lo ruego. Hice mal en el pasado, pero piensa en nuestros años como hermanas. Solo déjame ir, ¿de acuerdo?

Ella todavía sangraba, y mientras lloraba y tiraba de ella, intentaba conmover sus sentimientos.

—Julieta, he ido demasiado lejos todos estos años, pero nosotras…

—¿Nosotras?

Dalila asintió.

—Julieta, antes éramos muy cercanas.

Después de escuchar esto, Julieta realmente se sintió ridícula hasta el extremo. Cuando Dalila decía eso, era como si la que hubiera hecho algo malo fuera ella. ¿Pero cuál era la realidad?

—Dalila, ¿quién es la que no tiene en cuenta nuestra amistad? ¿Quién es la que se olvida de la bondad y traiciona a los demás? Tú fuiste quien mató a mi mamá, tú obligaste a mi papá a morir, tú mataste a
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