Natalia se abalanzó de lleno sobre Julieta y le dio una bofetada.
La fuerza del golpe hizo que su cabeza se ladeara violentamente, y su celular cayera sobre la colcha. Entonces la pantalla se iluminó, mostrando el nombre del contacto, 'Ismael’.
Coincidentemente, la voz preocupada de Ismael llegó a través del teléfono:
—¿Julieta? ¿Qué ocurrió?
Natalia ya estaba furiosa, pero esto terminó de colmar el vaso. Su rostro se tornó más sombrío, y con los ojos enrojecidos, cortó directamente la llamada. Luego levantó de un tirón a Julieta.
—Perra, ¿qué es lo que realmente quieres? Dijiste que no sedujiste a Ismael; ¿entonces qué es esto? Dalila tenía razón; ¡sólo eres una puta a la que le encanta robar hombres ajenos!
Julieta había recibido un golpe tan fuerte que le zumbaba la cabeza. No pudo recuperarse durante un rato, y con el sacudón tan violento de Natalia, sintió que estaba a punto de desmayarse.
—Señorita Jiménez, por favor, ¡suélteme!
—¿Qué te suelte? ¡Deberías ser tú la que afloje! Le