El comportamiento de Julieta sobresaltó a la enfermera que estaba al lado, quien le tiró con cuidado del traje.
—Señora Cisneros, no sea impulsiva.
Pero Julieta no le hizo caso y se acercó directamente al hombre. Su mirada era suave pero firme.
—Señor, sé que sólo quiere salvar a su hermana. —Miró a la señora Jiménez—. Si deja marchar a esta señora, le prometo que esta señora le ayudará a pagar su hospitalización. Cuando el doctor Ramírez venga dentro de un rato, quizá haya esperanza para el estado de salud de su hermana, ¿de verdad quiere renunciar a esta oportunidad?
Al oír sus palabras, la señora Jiménez se quedó helada, pero al ver que Julieta le guiñaba un ojo, se apresuró a repetir:
—Ayudaré a pagar la hospitalización de tu hermana y haré que la vea el mejor médico que encuentre. Te prometo que lo haré.
La propuesta era tan tentadora que el hombre vaciló y aflojó un poco su agarre sobre la señora Jiménez.
Julieta aprovechó la oportunidad para empujar a la señora Jiménez con un