94. Ella sabe quién soy
Estoy jugando con uno de los jodidos botones que arranqué a mi camisa, estoy recostado, recargando mi cabeza en el frío concreto de la fría celda, manteniendo mi cuello en un ángulo antinatural para poder recargar mi barbilla en el pecho, no sé cuanto tiempo llevo encerrado aquí, creo que unas dos horas... anteriormente cuando me llegaban a arrestar no duraba ni media hora aquí metido porque llamaba a Stefan y este venía por mí, pero ahora, juraría que el desgraciado de Dominic pagó una jugosa suma de dinero para que no se me permitiera hacer ninguna llamada hasta casi dos horas después.
Cuando llamé a Stefan le dije que viniera por mí a la cárcel porque estaba detenido, lo escuché soltar unas que otras maldiciones en italiano dirigidas especialmente para mí, se suponía que lo llamaría cuando fuera llegando con Dania a la casa, no para esto.
Tendré que ir a que me vacunen contra la rabia, porque toda esta que estoy sintiendo en contra de Dominic me parece anormal, no me importa que