125. Justo a tiempo
alessandro.
— ¡Dania! ¡DANIA!
La mujer entra como un torbellino a la casa, se va directamente a la planta alta, yo comienzo a revisar el piso de abajo, espero que cuando ella llegue abajo traiga buenas noticias, que diga que la encontró arriba dormida o algo así, pero por la manera en la que llora mientras comienza a buscar aquí abajo donde yo ya revise me queda claro que no.
— No... no, Dania... él se la llevó. - la mujer levanta un cojín y se fija como si Dania pudiera estar cerca.
— ¿Tiene el número de ese sujeto? Tengo un amigo que puede rastrearlo.
Ella siente y me dicta el número, después se deja caer en el sillón mientras se muerde las uñas de nuevo, mando el número a Alexis, para mi suerte mira el mensaje de inmediato, le pido rastrear el número y en menos de 2 minutos me manda la ubicación, me acerco a la madre de Dania.
— ¿Se le hace conocido ese lugar?.- ella mira la pantalla, la angustia desaparece y la molestia llega de nuevo; es tan parecida a Dania que da miedo.
— S