ASHTON GARDNER
—¿Hay algo más en la agenda de hoy? —pregunté sin despegar la vista del monitor molesto porque había interrumpido mi momento con Liss, de verdad deseaba que ese beso escalara a algo más, quizás una pequeña demostración de amor en el sofá como el otro día, pero no, tenía que llegar Will a interrumpir.
William negó con la cabeza desde el marco de la puerta. —Solo el chequeo de sistema con el equipo externo. Deberían estar llegando ahora mismo.
Asentí distraído. Todo marchaba en orden. Tenía el control. O eso creía.
Me incliné sobre el escritorio para revisar una propuesta cuando, a través del vidrio, la vi.
Lissandra.
Mi esposa, el amor de mi vida... corriendo como si el edificio estuviera en llamas. Sonreía, y esa sonrisa era solo mía. Pero no corría hacia mí.
Corría hacia él.
Un tipo de cabello castaño despeinado, polerón con capucha y mochila al hombro. Ella gritó algo que no entendí y, en cuestión de segundos, ya estaba en sus brazos. Él la alzó, girándola con fuerza