LISSANDRA

—¡DALEEEEEE, CAMILAAAAAAA! —gritaba Tiff con un vaso en alto mientras Camila giraba sobre sí misma riendo como una loca, con un bombero falso que la seguía al ritmo del beat.

—¡QUE SE LO SAQUEEEE! —añadió Olivia, señalando al "policía" que les bailaba de frente, con la camisa abierta, la gorra chueca… y sin pantalones.

Yo no podía dejar de reír. No me subí porque mi Ash era infinitamente más guapo y sexy que esos hombres, pero sí baile, salté, grité.

La música vibraba en las paredes. El humo de colores, los gritos, las luces estroboscópicas... era una escena de libertad pura, de esas que no sabes cuánto necesitabas hasta que estás ahí, bailando con las manos arriba como si fueras adolescente de nuevo.

Estábamos en el centro del grupo. Rodeadas de mujeres igual de escandalosas que nosotras, con tragos en la mano y celulares grabando cada momento.

Yo bailaba. Bailaba de verdad.

Con los ojos cerrados. La cabeza hacia atrás. La falda subiendo más de lo recomendado. Las risas cay