“Mi Esposa. Mi Hijo. Mi Todo.”
ASHTON GARDNER
No lo podía creer.
Al fin era mía.
Lissandra Gardner.
Mi esposa.
Cada vez que alguien se acercaba a felicitarnos, sentía que vivía un sueño del que no quería despertar. Ella sonreía, radiante, con esa luz natural que había encendido mi mundo desde que apareció de nuevo en mi vida.
A su lado, nuestro hijo, mi hijo, corría feliz, riendo con la hija de Lucianno, ajeno a que hoy, más que nunca, su historia estaba por cambiar.
Todo salió perfecto.
Verla entrar vestida de blanco, tomada de la mano de Erick, parecía una visión sacada de mis más íntimos anhelos.
Y cuando se giró y me miró con esos ojos verdes que siempre me ponían de rodillas… supe que todo el dolor, toda la espera, había valido la pena.
Brillaban de felicidad.
Y lo más increíble… esa felicidad era por mí.
Una sonrisa se dibujó en sus labios mientras caminaba hacia mí, con la seguridad de quien sabe exactamente a dónde pertenece.
—¿Qué hace mi amado esposo tan lejos de su esposa? —preguntó con picardía.
—Admir