Ella siempre estuvo atrás de todo lo bueno.
MARCUS BLACK
Ver esa historia en sus redes sociales me llenó de rabia. ¿Cómo era posible que Liss se fuera a casar con ese hijo de puta? No podía permitirlo. Liss debía ser mía otra vez y no dejaría que se fuera.
El día que nos divorciamos y se fue de mi casa, creí que por fin me liberaba de esa maldita mujer. Pero el silencio y la soledad del que fue nuestro hogar por tres años era abrumante. Me encontré yendo a su habitación y oliendo su ropa.
Ella me pidió que botara o quemara todo lo que dejó, pero no pude. Fueron más de tres años juntos. A pesar de que la aborrecía y no perdía oportunidad en humillarla, ella siempre me miraba con esos ojos llenos de amor y tristeza.
Ese día en la preparatoria...
—¡Imbécil! Le tiraste un pelotazo, Marcus, ¿cómo puedes ser tan idiota? —Él corrió hacia ella. Obvio, él la había amado desde el primer día que la vio. Íbamos juntos, y ella se subió a un árbol para sacar un pequeño gatito. Su madre gata lo esperaba en el suelo. Se cayó y raspó sus rodill