LISSANDRA
Todo iba bien, después del susto por su pérdida, todo había vuelto a la normalidad.
Erick jugaba con su robot nuevo en la oficina de Ashton. Ash trabajaba con sus auriculares, concentrado. Yo respondía correos en mi laptop. Tranquilo. Silencioso. Perfecto.
Hasta que Oliver entró con una sonrisa, un jugo de manzana en la mano y una caja de galletas en la otra.
—¡Tío Oli llegóooo! —gritó Erick, corriendo hacia él como si fuera Papá Noel con traje informal.
Lo abrazó con cariño.
—No hacía falta que trajeras más dulces, Oli…
—Siempre hay espacio para una galleta más en el corazón —dijo guiñándome el ojo.
Erick le mostró su robot.
—Mira lo que hace si presiono aquí.
Oliver se arrodilló y lo observó con atención. Estaban tan metidos que no notaron la puerta abriéndose otra vez.
—¿Qué es todo este escándalo? —preguntó Ethan con su entrada teatral habitual.
Yo ya sabía que algo iba a pasar. Solo que no sabía qué tan divertido sería.
—Hola, Ethan —saludé.
—¡Tío Ethan! —gritó Erick, c