La indignación de la criatura ancestral no pasó desapercibida para nadie, pero tampoco era como si tuvieran derecho a interferir y defenderla, todas las que estaban ahí fue por una coincidencia y nada más que eso.

— Oleika, quien se ha encontrado saltando entre dos razas, dos linajes y dos naturalezas completamente distintas, navegando entre cosas prohibidas y reglas establecidas desde el inicio de las razas. ¿Ha dado a luz a dos de los seres más poderosos? No… No creo que eso sea posible— declara Garwal.

— Y si no lo es, — declara Ixtlie, con una voz tranquila y llena de control de nuevo como era su naturaleza.— , dime, ¿qué es lo que te atrajo hasta acá? ¿Qué fuerza atrajo a una de las criaturas ancestrales que más odia estar en su forma física?

En ese momento, la mirada desconcertada de Garwal se queda en silencio y dice.

— El nuevo rey del linaje puro de las razas de licántropos ha expuesto su presencia.

En ese momento, Ixtlie declara.

— Esa es la misma razón por la que lo encuen