Después de la gran boda de Katherine y Dominik todo se encontraba tranquilo, pero con los meses el Alfa decide que es tiempo de agrandar la familia. La pareja se encontraba feliz al saber que Katherine estaba embarazada, pero al cumplir el primer mes lo pierde de manera inmediata. Ambos se encontraban destrozados, sin embargo, no se rinden en seguir intentándolo. Lamentablemente, la humana no puede soportar en su cuerpo el crecimiento de un mestizo, por lo que Dominik decide rentar el vientre de una mujer lobo. Con esta acción que ha tomado el Alfa König solo trae las peores consecuencias… Katherine al descubrir la traición de su esposo decide irse por completo de la manada, sin dejar alguna carta o pista para que alguien la llegara a buscar. Ya nadie en la manada la veía como alguien importante, el puesto de Luna que tanto había luchado por mantener, se había roto por completo. La rabia y la tristeza era lo único que acompañaba a la humana, su única familia que había tenido la había cambiado en un abrir y cerrar de ojos en el momento en que la mujer que traía el hijo de Dominik en su vientre entro por la mansión. Pero Katherine no quería quedarse en ese abismo, el sentimiento de querer convertirse en una mujer lobo la llevo a un lugar que pocos conocían. La Diosa Lunar conocía a Katherine como la palma de su mano, pero la humana al pedir su deseo tan anhelado no se lo cumplió. La convirtió en algo mucho más poderoso y con ello le otorgo algunos regalos que sabía que en un futuro le servirían. Ambas sabían que los mellizos que estaban creciendo en el vientre de Katherine serian quienes traerían el caos.
Leer más“Su respiración se encontraba tranquila, ningún peligro la acechaba porque se encontraba en su hogar siendo protegida por su Alfa y por su manada. Para ella la noche era su momento favorito, podía estar con su esposo siendo abrazada por él mientras acariciaba con delicadeza al bebé que ambos hicieron con tanto amor y el cual estaban esperando con ansias. Dominik se había vuelto mucho más protector ante su embarazo, pero sabía que su esposa se encontraba bien.
Ningún peligro estaba al acecho…
Katherine durante esos meses había sufrido de gran manera, haber perdido anteriores embarazos ocasionaron que su depresión aumentara. Le dolía al solo recordar como había perdido sus embarazos en un aborto instantáneo, se preguntaba el por qué había sucedido, pero no había respuesta. Pero ella ya no quería pensar en eso, ahora estaba decidida a mirar hacia el futuro y agradecerle al destino que su embarazo de seis meses estuviera desarrollándose de buena manera.
La pareja estaba feliz por aquello, Dominik, aunque intentaba no demostrarlo para darle apoyo a Katherine también le había dolido verla sufrir y haber perdido a sus hijos. Ambos querían una familia y al intentar hacerlo habían fallado, pero ambos tenían esperanzas de que esta vez todo resultará para mejor. El embarazo de Katherine esta vez había avanzado mucho más que los anteriores y eso alegraba a todos en la mansión, aunque en el fondo algunas personas se encontraban preocupadas, otras sentían que Katherine los había dejado en el abandono por tener un hijo de sangre con Dominik, querían que ella los viera como antes.
La respiración de la de cabello rizado se mantenía en calma, su pulso estaba tranquilo… Pero en su barriga sin ella darse cuenta algo empujaba su piel desde dentro, era algo ligero y que ella no sentía. Aquel empujón leve se había vuelto mucho más fuerte, como si algo quisiera salir desde dentro. Katherine medio soñolienta no entendía que estaba sucediendo, llevo una de sus manos hacia su barriga y ella misma sintió como si algo le pateara. La patada para ella no había sido normal, era fuerte y si le había dolido.
Su cuerpo comenzó a temblar ante los recuerdos de sus anteriores abortos, su mano se estiro hacia Dominik para levantarlo, pero se detuvo al sentir como algo desde dentro de su cuerpo la desgarraba con fuerza. Un grito desgarrador se escuchó en toda la mansión, las cuerdas vocales de Katherine se habían expuesto tanto que le ardían, todos se levantaron espantados ante el grito de su Luna y el primero en verla había sido Dominik quien al voltear y ver a su esposa sufriendo se preocupó, aun sus gritos seguían mientras se agarraba con fuerza su barriga de seis meses.
Dominik al tocar una parte del cuerpo de su esposa sintió algo húmedo, pero no fue que cuando llegaron todos y prendieron las luces notando el gran charco de sangre que estaba en la cama. Emily junto con Jessie se llevaron a los niños de allí para que no vieran la escena mientras que Dominik miraba preocupado como su esposa que seguía gritando ante un dolor desconocido.
Dentro de Katherine sentía como algo le rompía algo por dentro, sus lágrimas salían a mares ante el dolor, sus paredes estomacales estaban siendo rasguñadas con fuerza como queriendo escapar dentro del cuerpo de la mujer. En ese momento ella solo pensaba en una petición egoísta la cual era querer morir para dejar de sentir aquel dolor, quería que su bebé estuviera bien, pero quería morir dejar de sufrir…”
(…)
“La oscura habitación en la que se encontraba Katherine solo demostraba un poco el cómo se sentía por dentro, el pequeño lugar donde se encontraba era un apartamento tipo oficina que había comprado para que nadie la encontrara. Entre las sabanas y almohadas se encontraba ella mirando el anillo que le había entregado Dominik cuando le pidió matrimonio, los empaques de comida instantánea se encontraban esparcidos por toda la pequeña cocina, su maleta improvisada se encontraba en el suelo con ropa limpia y sucia mezclada en una sola.
Katherine no se levantaba al menos que de verdad tuviera hambre, sus ojos no emitían ningún sentimiento, se encontraba vacía. Todo lo que había pensado que tenia se había caído por completo, ya no tenía familia, ya no tenía el amor de su esposo con ella. Todo lo que más amaba se había esfumado por completo dejándola desorientada. Sus recuerdos no pueden evitar dañarla aún más de lo que ya estaba, ella sabía que la culpa la tenía Dominik.
Dominik la había traicionado, los niños dejaron de amarla, su familia ahora estaba más pendiente de otra… Katherine ya no era impórtate para nadie en esa mansión, la habían cambiado como a un animal. Pero lo que más le afectaba era que aun así ella seguía amándolos con la misma intensidad, amaba a Dominik a pesar de la gran traición y engaño que le monto.
Por culpa de ellos ella se odiaba a sí misma, odiaba ser una simple humana y no poder ser una mujer lobo. En ese momento ella haría lo imposible para tratar de hacerlo, Katherine se decía a si misma que si tan solo fuera de la misma raza de Dominik las cosas hubieran sido muy diferentes.
La cambiaron por una mujer lobo…
Una mujer Alfa…
Katherine era nada a su lado…
Una simple humana que no podía comprender muchas cosas de la raza de Dominik, una simple mujer que, aunque quisiera adaptarse a ellos le era imposible. Era un ser débil e insignificante, ahora ella entendía porque su familia la había cambiado por algo mejor.
Débil…
Insuficiente…
Humana…
Basura…
Patética…
Eran los pocos insultos que se decía a si misma mientras sus ojos rojos le ardían ante las lágrimas cálidas que salían, pero no le era suficiente solo llorar. Tomo una almohada y oculto su rostro en ella para dejar salir un grito ahogado. Katherine odiaba al destino… Odiaba su vida…”
(…)
“Las dos familias se encontraban sentadas en la mesa, Dominik con su hijo, la madre sustituta, Karl y Harry. Katherine con sus mellizos del otro lado de la mesa de madera. Cada uno podía sentir la tensión en el lugar, pero los mellizos miraban con un profundo odio a Dominik, el cual era su padre. Katherine intentaba controlarse para no asfixiar la mujer que le había robado su puesto en su familia, en una esquina de la sala se encontraban Noah y Emily observando todo en silencio.
― Katherine… ― Dominik suelta el nombre de su esposa después de muchos años separados, el Alfa tenia sentimientos encontrados al verla. Tantos años que la había buscado y verla ahora le alegraba, ante sus ojos seguía teniendo la misma belleza con la que se fue e incluso se atrevía a decir que estaba mucho más hermosa. ― Tenemos que hablar sobre el futuro de nuestra manada… ― Una sonrisa cínica se muestra en el rostro pálido de la mujer que poseía un largo cabello cobrizo.
― ¿Nuestra manada?... Oh, cariño… ― El Alfa al escuchar aquel apodo sintió una calidez en su cuerpo, pero sabía que lo estaba diciendo con burla. ― Esta ha dejado de ser mi manada desde hace muchos años, desde el momento en que decidiste tener un hijo con esta… ― Su mirada llena de burla se dirige a la mujer Alfa que estaba sentada en el medio de los chicos. ― Prostituta barata…
― ¿¡Cómo te atreves, m*****a!? ― Grito con enojo el hijo de la mujer Alfa, el cual se levantó inclinándose hacia Katherine, pero Ares y Eris quienes eran los mellizos se levantaron con rapidez para defender a su madre. Ares mostraba sus colmillos listo para atacar mientras soltaba fuerte feromonas, pero Eris fue quien toma la iniciativa y tomo al chico por su cuello enterrado sus uñas largas en su piel.
― ¡Suelta a mi hijo! ― El grito de la mujer Alfa se elevó en la sala de estar, pero Eris solo apretó con más fuerza el cuello del chico, el cual tenía su ceño fruncido e intentaba sacarse de encima a la chica. ― ¡Dominik, haz algo!
― Eris, suéltalo. ― Le pidió el Alfa con un tono molesto.
― Tú no eres mi padre para obligarme a hacerlo… ― En la voz de Eris se podía escuchar su molestia y su desagrado.
― Cariño, suéltalo… ― La voz de Katherine hizo que Eris lo soltara con brusquedad. ― Siéntense los dos… ― Las palabras que salían de la boca de ella eran lentas, pero las acciones de sus mellizos fueron rápidas, ambos se sentaron nuevamente. Pero el chico aún seguía molesto y en el momento en que se lanzó a Katherine ella fue mucho más rápida y con solo levantar dos de sus dedos lo inmovilizo en el aire sin poder respirar. ― Vaya perro sin modelos el que tienes, König…”
El ambiente se encontraba desolador, las casas de la manada König se encontraban destrozadas. Los escombros estaban esparcidos por todos lados, sin embargo, las personas se encontraban en la mansión de Dominik intentando salvar a los heridos, mientras que los demás resguardaban el lugar por si llegaban a atacar nuevamente.Aquel desastre había sido producto de las criaturas de la Diosa Blanca, algunos tuvieron la idea de rezar por ella pidiendo protección, pero lo único que recibieron fue sufrimiento y dolor. Bianca no les importaba en absoluto las personas que creían en ella, esta sabía que si mostraba su apariencia amable y bondadosa con ellos, todos volverían a creer en ella.Sin embargo, poco a poco todos aquellos que creían en ella comenzaban a dudar, ¿Por qué Phoenix y Gaganaris estaban en la manada?, ¿Por qué los ayudaba en las peleas que hubieron con los monstruos?… ¿Por qué ellas estaban allí y no Bianca?…Pregunta tras pregunta rondaban en sus mentes, Phoenix había llevado a
Todos miraron sorprendidos como el laberinto había cambiado, sus inmensas paredes llenas de ilusiones y mentiras ya no se encontraban. Ahora todos podían verse en la distancia mientras que el suelo estaba lleno de flores de cristal, pero eran tan ligeras que la leve brisa del lugar la movía de manera delicada. Todos mantenían un aspecto de miedo, tristeza y cansancio. Ellos habían visto sus peores pesadillas y miedo, y ahora todo había terminado. Algunos incluso pensaban que lo todo eso era otra ilusión más por lo que no se movían de su sitio.Cada uno de ellos miraban a los demás, en el fondo sentían una enorme tranquilidad al darse cuenta de que todos estaban bien. Sin embargo, Noah había sido quien estuvo buscando a Katherine con la mirada, necesitaba verla para saber que todo estaba bien, además de querer sentirla entre sus brazos para sentir aquella calidez que ella transmitía.Sin embargo, justo en el medio de lo que antes era el laberinto se encontraba un charco de sangre, y el
Sus piernas le dolían, sentía como su respiración se encontraba tan acelerada que ni podía tomar una buena bocanada de aire, Katherine se sentía ahogada, pero no podía parar de correr. Su sudor se mezclaban con las lágrimas que bajaban de sus rojos ojos, su garganta se ardía y cada vez que soltaba alguna palabra se podía escuchar como se había quedado ronca de tanto haber gritado. Su brazo no se encontraba en las mejores condiciones, este aún le seguía doliendo, además de dejar un rastro de sangre cada vez que accidentalmente se golpeaba con las paredes intentando huir. Katherine quería descansar, pero el su instinto de supervivencia le obligaba a seguir corriendo para escapar de aquella criatura que había vuelto de la nada. Ella por un momento pensó en rendirse, aquella idea pasaba tanto en su cabeza que creía que estaba segura, de que era la mejor opción.Katherine había pensado en sus posibilidades de sobrevivir de aquella situación, y cada una de ellas era nula. No tenía armas co
Noah no entendía el sentimiento tan abrumador que poseía en su pecho, era un sentimiento que reconocía a la perfección, pero había vuelto tan intenso que no podía comprender el porqué de eso. Aquel sentimiento era la ansiedad de lo que podía pasar en cualquier, algunos pensarían que estaría pensando en el mismo o en su familia, sin embargo, no era lo era así. El Beta solo tenía aquel sentimiento cuando por su mente pasaba el nombre de Katherine, y aunque sabía que debía de buscar una salida para encontrarla, este se dedicaba a buscarla entre los confusos pasillos del laberinto.Cada pasillo que cruzaba, Noah esperaba con todo su corazón ver la silueta de Katherine aunque fuera por un breve momento, y es que tenerla lejos sin saber cómo se encontraba lo estaba atormenta de gran manera. Por un momento el Beta creyó en que aquella preocupación que sentía y aquel sentimiento eran los que producción aquellos malos pensamientos y escenarios ficticios que llegaban a su mente de manera precip
Todos observaron como a tan solo tres metros de distancia se encontraba el inicio del laberinto, solo tenían que dar unos pocos pasos y ya entrarían todos. Katherine en media bajada de las escaleras había intentado seguir un camino del laberinto hacia la casa que se encontraba en el medio, sin embargo, no podía descifrar el camino porque creía que el camino cambiaba entre más lo mirabas.La Antig volteo su rostro para mirar a los demás, los cuales también miraban la entrada del laberinto, todos entrarían y estarían en grupo, sin embargo, nadie confianza en tener a Dominik. Al primer paso que Katherine dio esta tuvo que agachar su rostro al sentir una fuerte ventisca gélida, esta había provocado que su ropa junto con su cabello bailara ante el movimiento del aire, y tal como había llegado de la nada se detuvo.― No sé qué encontraremos o nos enfrentemos allá dentro, pero no quiero que ninguno se separe… ― Todos respondieron ante el comentario de Katherine y comenzaron a adentrarse haci
Una ventisca gélida provocó que los cuerpos de varios se encogieran entre ellos buscando un poco de calidez, el cambio tan repentino de ambiente había provocado que todos fruncieran sus ceños. La mayoría de ellos se encontraban aún mojados por lo ocurrido con Gaganaris, por lo que aquel ambiente frío no les favorecía en nada. El cielo se encontraba de un tono apagado, era de un color gris que ni los rayos del sol podían atravesar.Las miradas de todos mostraban curiosidad del nuevo lugar en que se encontraban, Noah al caminar un poco por el alrededor se dio cuenta de que se encontraban en la cima de una montaña, esta era acompañada de otras montañas que se encontraban alrededor formando un círculo. Esto para muchos era simplemente extraño, pero justo en el medio del círculo se encontraba un gran laberinto que conectaba con las montañas.― ¿Deberíamos de bajar de una vez?... ― Pregunta Noah sin voltear para mirar a los demás, Katherine comienza caminar hacia su pareja y observa el mism
Último capítulo