El ministro Oderbrech era uno de los políticos más respetados en toda Aiskia. De cincuenta y cinco años y carrera brillante, ningún escándalo la manchaba. Estaba casado, como todos los grandes padres de la patria. Tenía una familia modelo con dos hijas adolescentes: Anastasia y Karina, de catorce y dieciséis años. Su esposa, Andria, era una afamada cirujana del país, directora del Hospital Universitario de Aiskia. Del ministro se decía que sería el próximo presidente de la nación.
El ministro sabía de la existencia de los vampiros y mantenía jugosos contratos con ellos. El príncipe Ryu era el principal benefactor de su carrera política. A cambio, el ministro Oderbrech influía en el gabinete para que las concesiones en telecomunicaciones fueran a parar al emporio del vampiro. Era un acuerdo que beneficiaba a ambos. Ryu quería que llegara a ser presidente para él continuar gobernando la región desde las sombras, como lo había hecho hasta entonces.
El ministro Oderbrech sabía que pod