Esa noche se encontraba frente al amplio ventanal de la sala, en el noveno piso del edificio principal donde se encontraba la vivienda del vampiro. A su espalda, el salón era iluminado por luz indirecta proveniente de elegantes paneles de madera oscura en las paredes y por modernas y eclécticas lámparas; el piso de mármol claro reflejaba hermosamente la luz y a pesar de la sofisticada decoración, el salón lograba ser acogedor con sus sillones forrados de cuero y las estilizadas estatuas de marfil, todo en el más refinado lujo.
La oscuridad cubría por completo el firmamento que ella contemplaba a través del cristal de la gran ventana del salón. La ciudad dormía ajena e indiferente a que un vampiro manejara sus hilos desde el edificio donde la cazadora miraba la imponente vista de la ciudad de Pries con sus enormes edificios iluminados y tuvo curiosidad de saber que pensaba Ryu al contemplar lo que ella veía. ¿Se sentiría el amo de todo? ¿El príncipe de humanos y vampiros? Si era como