Después de que don gadul salió de la oficina me decidí por tomar mis cosas e ir a tomar una copa, por suerte la movida telefónica inexistente al parecer había dado resultados, pues lo vi cuando intentó escuchar mi llamada con el Theo imaginario.
Señor O'Connor ¿necesita algo? -cubro el teléfono como si de verdad estuviera hablando y su mueca que imita una sonrisa molesta me lo indica.
-Nada, ya me voy. Nos vemos mañana.
-Hasta mañana, señor O'Connor.
Lo veo caminar por el pasillo y juro que me ha deseado la muerte en varias formas, pero lo dejo ni yo le caigo bien a él no él me cae bien a mí.
Cuando termino todo lo que me falta salí tranquilamente del edificio, despidiéndome de todo el mundo y me dirigí a mi hermoso y pequeño departamento.
Al entrar al lugar dejé mis cosas en su lugar y lancé mi ropa al tiesto de la ropa sucia.
-Creo que deberé llevar todo esto a la lavandería - me desespero al ver que ya está lleno y que eso quiere decir que no tendré ropa de oficina si no lo hago, p