Unos pasos se acercaron a la puerta del baño y la puerta sonó toc, toc, toc
-Alana, por favor abre. Necesito que hablemos.
- Que vamos a hablar? Ya te lo dije esto fue un error, uno que más nunca va a suceder. Sólo fue un desliz.
-Un desliz? Eso no parecía un desliz. Lo estaba disfrutando .
- Si lo disfruté pero sólo porque me dejé llevar, pero descuida no sucederá.
La puerta sonó un par de veces más.
- ¿Qué? Tocaras la puerta con tanta insistencia como tú amiguita la humana?
- Alana, déjame explicarlo.
- Que vas a explicar? No quiero saber nada. Y por favor no tienes que buscar excusas, no somos nada, vete que no voy a abrir, necesito bañarme y tener privacidad. Si eres tan amable.
El lobo entendió que no iba a lograr que abriera y se alejo del baño.
Alana suspiró, se estaba conteniendo, se acercó a la tina y abrió las llaves del agua con tanta fuerza que parecía que iban a romperse. No iba a llorar. No llores Alana, No llores. Se decía a si misma. Después de todo