Capítulo 88 - Plenitud familiar

Vamos rumbo a la finca de mis suegros. Si antes era feliz con Patricia, ¡Dios! Ahora lo que vivíamos y experimentamos era plenitud. Salimos muy temprano, Emmanuel iba profundo con sus hermanos, y yo conducía con la mano de mi mujer entre las mías. Miré por el retrovisor, ver al niño dormido me gustó mucho.

—Lo has notado, ¿verdad? —afirmé.

—Ya no anda tan precavido, ahora está confiando en nosotros.

—Se siente seguro. Eso es gracias a ti José Eduardo. —Le di un beso en la mano.

—No voy a negarte que me gusta mucho cuando Emmanuel ingresa al despacho a realizar las tareas a mi lado. O cuando mis hijas gritan en dúo ¡Eh papá! Y ¿dónde me dejas cuando Eduardo sale gateando a mi encuentro? Ahora no solo quiero llegar temprano a casa a besar a mi mujer, sino a estar con ellos. No concibo la vida sin ellos en este momento, se siente increíblemente, me siento pleno, Diosa.

—Yo sí que menos, tres no nacieron de mí, pero los adoro de igual manera. —miró hacia atrás—. Me alegra tanto ver a Emma
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo