Alexa
Había llegado el gran día: el primer juego de la temporada. No voy a mentir, estaba nerviosa y preocupada, pues la amenaza de Ramiro no salía de mi cabeza y no sabía qué podría pasar con esa chica. No volví a saber nada de ella y no me quiero imaginar qué le pudo hacer ese idiota. Estoy frente al espejo y suspiro, pues es la primera salida pública que él y yo hacemos, aunque obviamente él estará jugando mientras yo estoy en un palco. Mis hijos habían decidido acompañarme y la verdad es que me alegraba que lo hicieran. Roxy se para detrás de mí y me toma por los hombros.
—Deja de preocuparte tanto, verás que esa mujer está bien. Y recuerda que perro que ladra no muerde, así que solo relájate y disfruta el juego. Estoy segura de que te encantará; anotaré muchos home run para ti.
Yo me volteé y lo abracé por el cuello. Realmente jamás me imaginé una relación con un chico como él, pero me ha demostrado que quiere estar conmigo, que disfruta estar conmigo. ¿Y qué les puedo decir? Ja