No me separo de Killian y Roy se queda con nosotros cuando los tenemos delante.
—Todavía no he visto mi dinero —replica Killian.
Carl y él se replican algunas cosas más pero yo no dejo de mirar a mi madre y a mi hermana.
—Te has quitado el tinte —comenta mi madre.
—Sí.
—Tienes el pelo muy maltratado —dice Jess y nuestra madre le regaña.
—Ya es tarde para eso, ya es una malcriada —digo. Yo jamaś les hubiera hablado así antes.
—¿Podemos hablar a solas?
Killian responde por mi con una rotunda negación y afianza más su mano a la mía. Pero no estoy toda la noche con él aunque gran parte de las horas nos encontramos con gente y él habla de sus cosas, de drogas y armas y de territorios, y yo solo estoy de florero.
—Primera vez que traes a una mujer contigo —comenta un hombre y la mujer a su lado me mira tan mal que me mata—. Y muy guapa. ¿Cobra?
¿Que si qué?
—Es mi mujer —dice Killian con voz dura—. No es una puta como la tuya.
Eso pasa tres veces en toda la noche y ya estoy harta de esa ins