Christian Walker
Nada salió como esperaba, ella en definitiva no es la misma, ella me mira con evidente odio, es claro que soy el completo responsable de eso, pero, hoy más que nunca, no puedo separarme de ella.
Primero que nada están mis hijos, se que solo es una fotografía, pero se que son míos, se que en el calor del momento le insinué cosas, le dije cosas que no debí, pero, al sentir que perdía el control de la situación, dije aquello.
No tengo ni una puta idea de cómo le voy a hacer para que ella regrese, se que he dicho que utilizaré el contrato prenupcial, pero no quiero hacerlo. La idea es que ella regrese aquí, a su casa, pero que lo haga porque consiente que es por el bien de mis hijos.
- “¡Hijos! ¿Cuáles hijos? Según tú, no querías hijos… Menos de aquella escuintla” -dice esa maldita voz que no para de atormentarme.
Se que he hecho muchas cosas mal, se que en el pasado fui un maldito arrogante y que me la pasé faltándole al respeto con mis amoríos. En mi defensa, yo nunca qu