Christian Walker

Todo lo que he dicho no ha sido una mentira, cuando ella decidió que ya había tenido suficiente de mí, cuando esas malditas fotografías y videos salieron a la luz, yo solo pensaba en que servirían para dejarle claro que no quería nada con ella, pero…

¿En qué demonios pensaba? Ese mismo día llegué a casa y la hice mía. No tengo muchos recuerdos de esa noche, solo tengo esa frase que le dije y que se quedó grabada con sangre en mi cabeza como maldición ante lo que había hecho. “Flor… ¡Yo sí te amo…!”

Y sí, si la amo, en aquel entonces lo hacía a mi modo y ni lo sabía, pero lo hacía, cuidando que no se golpeara el pie con la cama, apagando las luces al ser el último en ir a dormir.

Sí, la amaba cada vez que la obligaba a desayunar conmigo, porque solía olvidarlo o solo hacer una sola comida. Lo hacía cuando por las noches despertaba y la arropaba porque le gusta dormir y tirar todas las cobijas al suelo.

Ella era una niña comparada conmigo, no lo voy a negar. Muchas