Agatha Jones
Luego de algunos días, viendo que Christian llegaba tarde a la oficina o simplemente no llegaba, decido seguirlo y me topó con una escena que no esperaba.
¡Esa maldita regresó! ¿Qué acaso no fue ella quien lo abandonó? ¡Yo estuve ahí! ¡Yo estuve con él! Yo le he dado mis mejores años esperando que él se divorcie y se case conmigo, ¿Cómo es que esta idiota llega e inmediatamente él deja todo por ella?
Decido seguirlos, esta vez, ella no me lo va a quitar, ahora sé dónde vive y le voy a dejar claro que él no le pertenece. Más bien, le voy a recordar cómo fueron aquellos tiempos donde soñó alto y se cayó.
Veo que Christian estaciona su camioneta en un lujoso restaurante, incluso veo cómo rodea su camioneta, le abre la puerta a esa maldita escuincla, la veo como descienda y algo dentro de mí me hace sentir una enorme ira.
Sí siento cómo una punzada invade mi estómago al verla, ya no es la estúpida escuincla que vivía con él. Ella cambió, hay que ser sincera y ella parecía una