Flor Pérez
Me miro en el espejo, estoy agotada, luego de un día a lado de quien por mucho tiempo esperaba una pisca de cariño. Hoy de verdad hice un esfuerzo enorme, traté de sonreír delante de mis niños, se me partió el corazón de ver cómo realmente necesitaban a su padre, pero yo, yo simplemente no puedo fingir que nada sucedió.
Trato de verdad que trato por los niños de no sentir lo que siento, pero los recuerdos me atormentan, no me dejan en paz. Esos 3 años fueron pocos, pero se sintieron como una eternidad, juro que encontraré la manera de salir de este maldito lío.
Hoy, durante el día, Christian aprovechó para mostrarnos una casa que, según él, es perfecta para que vivamos. Mis niños lucían emocionados, yo solo fingí la mejor sonrisa que pude, pero, sinceramente, aquella casa me daba igual, si es bonita, espaciosa y que, yo me voy a sentir enjaulada.
No sé cómo demonios voy a volver con este idiota, no sé cómo lo voy a tolerar, solo sé que debo encontrar la manera correcta para