07 Prueba Final.
Eryn ingresó a las cámaras del príncipe con unas capas nuevas que este había encargado. Entró sin tocar, como siempre; ya se había acostumbrado a eso. Vio cómo el príncipe seguía acostado en la cama, por lo que, una vez acomodadas las capas, decidió abrir las cortinas y las ventanas con un fuerte:
—¡Levántate para brillar desde temprano, niño de los ojos bonitos!
Evdenor gruñó sin levantarse; al contrario, se cubrió más con las sábanas, tratando de ignorar a su sirviente.
El hechicero sonrió, colocando ambas manos en la cintura.
—Deja de ser caprichoso, mi príncipe.
Eryn, al no recibir respuesta, se acercó a la cama y lo destapó de golpe.
—Cómo fastidias... —dijo el otro con la voz ronca por haber despertado recién.
—Solo cumplo tus órdenes. Fuiste tú quien me pidió que te despertara a estas horas —recordó Eryn, cruzándose de brazos.
El rubio se incorporó en la cama, quedando así sentado, observando a Eryn de pies a cabeza, lo cual incomodó al más bajo.
¿Se veía mal, o por qué su prín