06 Reclutamiento.
Evdenor estaba de mal humor, y su pequeño sirviente parecía no notarlo o simplemente lo ignoraba. Eryn parloteaba sin parar, moviéndose de aquí para allá, recogiendo la ropa sucia del príncipe, tendiendo su cama, acomodando sus libros y, por supuesto, hablando por los codos mientras intentaba husmear en el papeleo de su príncipe.
—¿Por qué tantos pergaminos? —dijo, poniéndose de puntillas para mirar mejor desde una distancia algo alejada del escritorio ajeno.
—No te incumbe —respondió seco y cortante.
—¿Son de nobles? —insistió, acercándose un poco más con unas prendas a medio doblar en los brazos.
Evdenor no respondió. Siguió mirando los papeles, hastiado.
—Parecen de nobles —continuó—. Deben serlo, por el sello.
—Eryn —lo llamó con un tono de advertencia, el cual el sirviente ya conocía bien. Solo que no le importaba. A lo mucho lo regañaría.
Y sin que el príncipe se diera cuenta, ya tenía a su sirviente encima de los papeles, observando mejor, lo que hizo que el mayor frunciera el