La voz del sistema seguía repitiéndose en su cabeza, incluso después de que el ruido del combate desapareció.

“Misión incompleta. Unidad Alfa, permanezca en posición. Esperando nuevas órdenes.”

Kain permaneció inmóvil en medio de la sala destrozada. El humo flotaba como un velo gris sobre los cuerpos metálicos de los Centinelas caídos. Las luces parpadeaban, lanzando destellos intermitentes sobre las columnas rotas.

La habitación olía a sangre, metal, y silencio.

Un informe comenzó a descargarse en su implante visual. Datos. Pulsos vitales. Coordenadas de escape del grupo enemigo. Todo en orden. Y aun así, algo dentro de él no lo estaba.

No recordaba haber dudado jamás. No antes de esta noche.

El eco de un grito resonó en su mente, una voz femenina.

¿Quién eres?

No debía recordarlo. Pero lo hacía.

Kain levantó la mano enguantada y tocó el borde de su máscara. E