Lo que Viene Después del Umbral.
El mundo no se rompió cuando Isela eligió, eso fue lo primero que comprendieron.
No hubo una explosión luminosa, ni un colapso súbito de materia o sentido, no apareció un silencio absoluto ni una voz omnisciente reclamando autoridad.
Lo que ocurrió fue más inquietante: el punto ciego dejó de reaccionar como una anomalía… y empezó a comportarse como algo que aprende.
La expansión no se detuvo, tampoco se desbordó, se ajustó.
Isela sintió el cambio como una presión que se redistribuye en el cuerpo después de una herida mal cerrada.
No alivio, no dolor agudo. Algo intermedio, persistente, que obliga a moverse distinto. El espacio alrededor de ellos, ese territorio que no obedecía a las leyes convencionales, adquirió una textura nueva.
Ya no era un vacío inestable, tenía gradientes. Ritmos, zonas de mayor densidad donde el tiempo parecía arrastrarse, y otras donde se comprimía, como si el entorno estuviera ensayando formas de existir.
Cayden fue el primero en reaccionar con precisión.
—Es