Cuando terminan de prepararse, ambos caminan al centro del ring junto al entrenador; chocan los guantes y el entrenador da la señal de inicio.
— ¿Estás lista? —pregunta Alex con sorna y Lina en repuesta le da un derechazo haciéndole dar vuelta la cara. Todos soltaron un “oh” al ver cómo comenzó la pelea. Aquellos que la conocían eran los más sorprendidos, ya que ella nunca golpeó primero. Él gira la cabeza para mirarla con la mano todavía en la mandíbula y luego de escupir sangre, pregunta—: ¿Así quieres jugar?
Lina en respuesta se eleva de hombros. Ella no pensaba dirigirle ni una sola palabra, mientras estuvieran ahí arriba, solo quería pelear y ganar. Pero no es que quería ganar así no le veía más la cara, sino, quería hacerlo, porque así de competitiva es. Pero para su mala suerte Alex también es muy competitivo y más si se trata de algo que quiere. En este caso Lina.
De manera intimidante se acerca a ella y ladea la cabeza observándola con una sonrisa malévola. Tira una patada al brazo de Lina a la altura del hombro, pero no golpeándola, más bien empujándola, cosa que sale bien y ella termina contra las cuerdas. Eso fue suficiente para hacerla entender de verdad. Gaby le grita que desde ese momento iba a amanecer con Alex en su cama, el entrenador le dice que se mantuviera alerta, Ian le grita a su primo que no podía creer que había golpeado a una mujer, todos tenían algo que acotar a la situación. Era un verdadero teatro lo que estaban presenciando.
Ella se abalanza con rabia hacia él y le da una patada en la rodilla, pero Alex ya la había predicho y siendo más veloz, corre la pierna barriéndola, provocando que caiga de bruces en la lona y antes que pudiera tirarse sobre ella, de un salto se levanta y le propina un updor logrando hacer que el chico trastabille hacia atrás. Ella aprovecha ese descuido y se abalanza con una patada alta, la cual Alex agarra antes de que lleguese a tocarlo.
Alex la sostiene con la pierna en alto y la mira sonriendo, mientras que en forma de burla le acaricia el tobillo, ella intenta salir de su agarre, pero no puede hacer que suelte su pierna.
—¡Esto es un ring, acá se pelea, no se coge! —grita el entrenador haciendo que más de uno se carcajee.
Lina, al escuchar al entrenador, todavía con la pierna tomada por Alex, le lanza un derechazo, pero es interceptada en pleno vuelo. Él, al tenerla de una pierna y por un brazo, por el brazo contrario, se la acerca más a su cuerpo. Le lleva la pierna hacia atrás de su propio cuerpo y el brazo a la espalda de ella. Se acerca con lentitud hasta que termina a centímetros de su oreja, inspira profundo para sentir una vez más su aroma y cuando expulsa el aire de sus pulmones, provoca que la piel de la joven se erice por sentir su respiración caliente tan peligrosamente cerca.
—Te extraño —le susurra Alex al oído.
—Hay que pelear.
—Si peleamos en otro lado, un lugar más privado, ¿quizás? —sugiere con provocación.
—Eso no va a poder ser —dicho eso, se cuelga de él y con un movimiento rápido, lo barre con la otra pierna llevándolos a los dos a la lona. Ella queda encima de él con sus piernas enroscadas en el cuerpo de Alex y su antebrazo en su cuello—. Tenemos una apuesta que terminar.
—Como me pone cuando estás arriba —entona divertido y para darle más énfasis a sus palabras mueve las caderas con ligereza hacia arriba.
—Idiota —masculla.
Con velocidad Alex la gira sobre su cuerpo quedando encima de ella, inmovilizándola por completo.
—Pero más me pone cuando llevo yo la situación —habla divertido y le roba un beso dejando sus labios apoyados en los de ella un poco más de lo debido.
—Así pelea cualquiera —se escucha decir a Gaby desde un lado del ring.
—Ahora somos unos cuantos que si pelearíamos con una mujer — interviene Ian riendo.
—Sal —sisea Lina.
—Sométete —azuza Alex mostrándole su media sonrisa.
—Nunca —espeta con terquedad. Alex le dedica una mirada maliciosa y extiende los brazos de ella por encima de su cabeza, agarrándole con una mano las dos muñecas y con la otra mano comienza a bajar hasta sus caderas—. ¿Qué haces? —pregunta avergonzada por ver la mano de Alex bajando por su cuerpo con tanta gente mirando alrededor.
—Esto —dice, mientras con la mano que bajó a sus caderas la aprieta más a la lona, le suelta las piernas que lo tenían agarrado de la cintura y enreda las suyas junto a las de ella, dejándola sin ninguna posibilidad de que pueda zafarse de su agarre—. Ahora vas a someterte.
—Ya te dije que no —sisea enfadada.
—El entrenador va a contar y vas a perder igual.
—Pero jamás voy a someterme —réplica entrecerrando los ojos.
Alex levanta su mirada buscando al entrenador y este al verlo asiente. El entrenador sube al ring y comienza a contar.
Lina echa fuego por todos lados y Alex no para de sonreír al verla tan enojada y roja. Termina la cuenta y anuncia a Alex como ganador.
—Vuelves a hacer mía —murmura cerca de sus labios. Ella espera ese beso, ya estaba entregada, pero nunca llegó. Él siguió hasta su oreja—. Aunque nunca dejes de serlo.
Luego de apretarle el lóbulo de la oreja con los labios, sale de encima, dejándola caliente, necesitada y enfadada por haber perdido. La mira sonriente y victorioso, le tiende la mano para ayudarla a levantar, pero ella se rehúsa y se levanta sola, camina hasta los vestidores para ducharse e ignora a todos los presentes, incluido a él. El muy maldito amagó con besarla, le mostró que él la podía tener cuando quería y para peor, tenía que cumplir parte de la apuesta. Aunque debía admitir que se moría de ganas por volver a su lado y dejar las estupideces atrás, sin embargo, se la iba a ser difícil, de alguna manera ella tenía que hacerle pagar por haber dejado besar por esa zorra de Rachel y por haberle ganado; volver con ella le iba a salir caro.