En menos de veinte minutos encontré el lugar. Apaga el motor inspeccionando la zona y baja de la camioneta. A unos metros había un grupo de chicos tomando cerveza y fumando mariguana, podía ver que estaban sumidos en una conversación sin lógica sobre un partido de fútbol. Con cautela se acerca a ellos sacando el celular, para mostrarles la foto del hombre que buscaba. Uno de ellos al verlo acercarse se pone derecho, enderezando la espalda y sacando el pecho, listo para lo que venga. Ian solo lo mira arqueando una ceja, pero no para su andar. Al llegar, se para frente a ellos con el celular en alto y la foto a la vista.
—Busco a este hombre —les dice sin más—. ¿Alguien lo ha visto?
—No lo conocemos —contesta uno sin siquiera mirar la foto.
—Me dijeron que vive en aquel lugar —Ian señala el establecimiento que se encontraba a pocos pasos de donde estaban habituados ellos.
—No conocemos a nadie, amigo —le dice otro antes de llevarse la cerveza a la boca.
— ¿Eso es un cerdo? —pregunt