Capítulo 56

Poco después, Alex sale del resto, se sube a su Audi a7 , se coloca el cinturón de seguridad, sus Rayban y enciende el estéreo, provocando que la música de Oasis con su canción “Little by Little” invada el espacio. Cantando a la par de Liam Gallagher emprende su viaje hacía la escuela para buscar a Aye ya Mateo.

Al llegar espera a que los niños salgan del colegio recargando su espalda en el auto y cruzando los brazos en su pecho. Las madres de los otros niños lo escaneaban con descaro, lanzándole miradas y sonrisas furtivas como pasaba cada vez que iba a buscar a Aye. Sonríe por dentro al verlas, no podía con su ego y arrogancia, era más fuerte que él y de alguna manera siempre le gustaba como las mujeres lo miraban y deseaban. Pero que no se enterara Lina que era comidilla fácil para las mujeres cada vez que iba a buscar a Aye, porque era posible que lo dejara eunuco. Mientras Alex mostraba su sonrisa torcida, esa que hacía suspirar a las madres, Mateo era el primero en dejarse ver fuera de la escuela. Con su mano derecha le hace seña para que el niño se le acerque, este lo ve y camina hacía él sonriendo y observando como las mujeres lo veían, le prestaban más atención a Alex que a sus propios hijos.

— ¿Cómo fue tu día? —le pregunta al niño conforme chocan los puños.

—Bien. Fue fácil —responde y luego mira a su alrededor—. Todas las mujeres te están observando.

—Shuu… Que no se entere Lina o no me venir dejará a buscar a Aye nunca más.

—Mi boca está sellada —entona riendo por como un hombre tan grande y que se mostraba con suficiencia, tenía miedo de lo que una mujer tan pequeña podía decirle o hacerle. Mateo notó las manos de Alex y abrió la boca para preguntarle lo que le había pasado, pero fue interrumpido por el chillido de Aye.

—¡¡Papi!! —gritó la niña corriendo hacia el padre.

— ¿Cómo está mi princesita? —pregunta conforme la toma entre sus brazos.

—Muy bien.

De manera inevitable Mateo rueda sus ojos al verla tan sonriente.

—Genial, vamos a apurarnos que nos esperan para almorzar.

Una vez que le abrocha el cinturón de seguridad y Mateo se acomoda adelante, él toma su lugar frente al volante para emprender viaje.

— ¿Qué te pasó en la mano? —curiosa Sí.

—Un accidente en las oficinas que faltan terminar —miente Alex impidiendo mirarla.

—¿Te duele?

—Ya no, tu mami me curó —contesta mostrándole una sonrisa a través del espejo retrovisor para hacerle saber que todo estaba bien.

Mateo observaba la escena en silencio, preguntándose por qué su padre nunca había sido como Alex es con Aye, a pesar de que no son padre e hija de sangre, ellos se tratan así y no era la primera vez que los veía, que veía como se demostraban amor y como parecía que de verdad eran familia. Él también quería eso, no es que no estaba más que feliz de tener a Sofi como su madre, pero es un niño y necesita de un padre, necesita de una figura paterna. ¿A quién le iba a contar cuando le gustase una chica? ¿A quién le iba a pedir consejos para conquistar a esa chica? ¿Con quién iba a jugar al básquet? Definitivamente no la veía a Sofi haciendo un deporte para hombres. ¿A quién le iba a pedir ayuda para su más preciado sueño, que es cantar hip-hop? Se le estruja el corazón al pensar en todas esas preguntas, pero con rapidez sacude su cabeza y se dispone a concentrarse en el camino, sin embargo, la vocecita de Aye le llama la atención.

Ella se encontraba cantando la música que Alex le había puesto y que él no tenía ni la menor idea de a quién se refería, pero se sorprende al ver que Aye llegaba bien a las notas y parecía no hacer demasiado esfuerzo.

—¿Quién es?

Malú —responde Alex. Mateo mira hacia atrás y nota como Aye canta con pasión, sin darse cuenta que está siendo observada. La niña olvida que hay personas a su alrededor cuando suena una de sus canciones favoritas—. No te preocupes —habla de nuevo trayendo al niño de vuelta a la realidad—, yo tampoco sabía quién era hasta que esta pequeña me hizo escucharla y es lo que escucha cada vez que la vengo a buscar —Mateo resopla y él se carcajea—. Oye, no es tan malo.

 

Continue lendo este livro gratuitamente
Digitalize o código para baixar o App
Explore e leia boas novelas gratuitamente
Acesso gratuito a um vasto número de boas novelas no aplicativo BueNovela. Baixe os livros que você gosta e leia em qualquer lugar e a qualquer hora.
Leia livros gratuitamente no aplicativo
Digitalize o código para ler no App