Capítulo 80. Las mujeres que podrían cambiar todo
Alex se echó a reír.
Richard lo observó e hizo una mueca.
—Alex estoy hablando muy en serio, hemos asumido que la esposa de James Foster es inocente, pero nos caen evidencias de que está ligada a la mafia rusa, ahora también al mismo Marco Marchetti obsesionado con su madre. ¿Qué haremos? Simplemente ignorarlo no es una opción. Que la mujer te guste no quiere decir…
—Richard, si James Foster me ha enseñado algo es que tener estrategias de juego es jugar un paso adelante.
— ¿Entonces contemplas la posibilidad de que ella forme parte de esto?
—No lo sé, podría jugar para nosotros.
Richard le dio la espalda y Alex subió las manos tratando de calmarlo.
—Estoy seguro que no forma parte de este asunto de la manera que sugieres. Escucha Richard, Irina fue una herramienta de James Foster, una útil y versátil, ahora puedo verlo muy claro.
Alex se sentó en su escritorio, Richard lo imitó y se sentó frente a él, Alex continuó.
—En Boston encontré a una Laila feliz,