Capítulo 139. El precio de una vida
La doctora Catherine y Olga fueron al área VIP del hospital. Desde la pared de cristal observaban a Bianca, quien aún no podía pasar a una habitación privada debido a su condición. Su deterioro físico era evidente: su piel tenía un tono enfermizo y sus ojos, antes brillantes, ahora estaban opacos y hundidos en un mar de confusión.
Marco se acercó de inmediato al médico cardiotorácico cuando lo vio llegar, su expresión cargada de desesperación.
—Doctor, ¿qué es lo que le pasa a mi hija? Está peor —exclamó—. Antes parecía confundida, pero ahora...
El médico suspiró, consciente del golpe que representaban sus palabras.
—Lamentablemente, presenta rechazo.
— ¿Cuál es el siguiente paso? —intervino Olga, tratando de que la conversación tomara un rumbo práctico.
El médico intercambió una mirada con Catherine y luego, con expresión acongojada, sentenció:
—La señora Salvatore necesita un nuevo corazón.
El impacto de esas palabras paralizó por un instante la sala. Marco frunc