Capítulo 110. Expiar pecados
Irina, miró a su madre y le parecía que era otra persona.
— ¿Será posible que nada de lo que creo de mi vida es tal como lo creo? —Se preguntó Irina en voz baja y dio la espalda.
Olga pasó las manos por su cabello.
—Irina, hija mía —la llamó, Irina no se volvió, no estaba lista aun.
—Todos en mi vida me han mentido.
—No quería que te enteraras así —susurró Olga y se dejó caer derrotada en una silla de lo que sería una sala de espera de la futura clínica.
Alex estaba en silencio, con la mandíbula tensa, analizando los acontecimientos.
Richard, por otro lado, ya no podía contener su frustración. Se pasó una mano por el cabello con brusquedad y soltó un bufido cargado de resentimiento.
— ¡Tanto trabajo tirado a la basura! Años dedicados a desmantelar la Legión Azul. ¡Y lo echaste a perder Alex! —Soltó con la voz rasposa de alguien que lleva años esperando una victoria que nunca llega—. ¿Y ahora qué? ¿Qué se supone que haremos con ellas?
Irina se irguió en el a