Las Audiencias
El primer caso fue una disputa entre vecinos.
Una mujer de mediana edad, con el ceño fruncido y las manos cruzadas sobre el pecho, fue la primera en dar un paso adelante. Su cabello oscuro estaba recogido en un moño apretado y su expresión era de evidente molestia.
- Mi señora, mi vecino ha dejado que sus cabras entren a mi huerto. Han devorado mi cosecha y cuando fui a reclamarle, me cerró la puerta en la cara.
- ¿Qué es lo que propones para solucionar la disputa? – le preguntó Alessia y la mujer suspiró.
- Que repare la cerca que separa nuestras tierras. Yo le compraré leche y queso cuando lo necesite.
- Habla… - ordenó Alessia al hombre.
El hombre aludido, un anciano de complexión fuerte, avanzó con aire desafiante.
- Las cabras no tienen la culpa si ella no sabe cercar su huerto. No puedo e