Capítulo 30. El ataque
El cielo estaba encapotado, anunciando una tormenta inminente. La tierra olía a barro húmedo y a hojas agitadas por el viento. En el centro del campo de entrenamiento, varios guerreros de la manada Blacknight entrenaban bajo la mirada firme de Devon. A su lado, Alina observaba en silencio, con una capa clara cubriendo sus hombros, sin perder detalle de los movimientos.
Desde que había mostrado su forma de loba blanca, algunos la miraban con más respeto. Otros, con más recelo.
Devon notaba ambas cosas, y por eso no se despegaba de su lado. Aunque no lo admitiera, su mera presencia servía de escudo. Y Alina, con su mirada atenta, absorbía cada técnica como si quisiera aprender a defender algo más que su vida: tal vez la de él también.
El entrenamiento avanzaba con normalidad, hasta que un ruido seco al fondo del claro llamó la atención de todos. Un guerrero alto y robusto cruzó el límite del bosque. Iba sin capa, con una cicatriz brutal en el rostro y el ceño fruncido como una grieta pr