El sol caía lentamente sobre el patio de entrenamiento, tiñendo de dorado las armas y los cuerpos sudorosos mientras el polvo que se levantaba. Alina y Mya aún sonreían por el equívoco de Joseph cuando un galope rápido interrumpió el momento. Un mensajero, cubierto de polvo, llegó a toda velocidad y desmontó de un salto. El ambiente cambió al instante.

—Alfa, noticias urgentes —dijo el joven, con el pecho agitado por la carrera.

Devon frunció el ceño y lo llevó a un lado. Alina, intrigada, notó cómo el semblante de su compañero cambiaba, endureciéndose.

—Dilo —ordenó Devon.

—Mensaje de la manada Moonlight… El abuelo de Alina y Liam ha caído gravemente enfermo… y… —el mensajero vaciló— ha fallecido esta madrugada.

Alina sintió que el suelo se le hundía bajo los pies. El aire le quemó los pulmones y un nudo se le formó en la garganta.

—No… —susurró, llevando una mano a su boca— No… no puede ser…

Liam, que se encontraba cerca practicando con otros jóvenes, escuchó y corrió hacia ellos.

—