Capítulo 49. Confrontación
El corredor lateral del castillo estaba silencioso, iluminado apenas por los candelabros de hierro que colgaban de la pared. Alina había ido allí para tomar aire, lejos de las miradas inquisitivas de los sirvientes y del peso de los rumores que circulaban. No esperaba encontrarse con Soriana esperándola, apoyada contra un arco de piedra con los brazos cruzados y una sonrisa helada en el rostro.
—Así que aquí estás —dijo Soriana, su voz como un filo—. Paseando por el castillo como si fueras la reina de todo esto.
Alina frunció el ceño. Sabía que Soriana nunca había ocultado su desprecio, pero algo en su tono era distinto, más calculado.
—No tengo por qué esconderme —respondió, manteniendo la voz firme—. Soy la esposa de Devon y parte de esta manada.
—¿Esposa? —Soriana dio un paso hacia ella, con una carcajada amarga—. ¿De verdad crees que puedes ocupar ese lugar? No eres una Blacknight. Eres una intrusa… una loba blanca jugando a ser algo que no es.
—No voy a discutir contigo —replicó