Carmen Esmeralda se despidió de sus amigos, pero antes de retirarse a su habitación, se detuvo por un momento en el pasillo del edificio universitario, disfrutando de la calma de la noche y reflexionando sobre sus primeras semanas lejos de casa, sintiendo una mezcla de cansancio y emoción por lo vivido.
Una profunda nostalgia la invadió de repente, un sentimiento agridulce que la impulsó a escribirle a su familia, anhelando su calor y compañía.
Recordó los momentos felices compartidos con ellos y lo mucho que los extrañaba en la distancia, deseando poder compartirles cada nueva experiencia y cada pequeño detalle de su nueva vida en Alemania, tan distinta y emocionante**.
Había visto a algunos compañeros ir a la cantina por estampillas para sus propias cartas, una tradición que ahora comprendía profundamente.
Al buscar una opción similar para ella, encontró el salón de computación cerrado inesperadamente, lo que frustró momentáneamente su deseo de comunicación digital rápida, impidiendo el envío inmediato de correos electrónicos a sus seres queridos.
El personal del lugar le informó que abrirían hasta la semana siguiente, una noticia que la dejó sin más opciones inmediatas para conectarse.
Sin otra alternativa tecnológica, decidió comprar las estampillas disponibles en la cantina y empezar a redactar su carta a mano, sentada allí mismo en el pasillo, concentrada en cada palabra antes de bajar a depositarla en el buzón general, sabiendo que, aunque tardara, sus palabras llegarían llenas de cariño y noticias.
Universidad de Hamburgo, Capital de Alemania.
11 de junio de 2016
Querida familia:
¡Hola, mamá, hermanos! ¿Cómo están por Venezuela? Ha pasado tanto tiempo desde que llegué a Alemania, ¡casi un mes ya!, y créanme que los he extrañado muchísimo.
Estuve más de una semana en el aeropuerto de Frankfurt esperando mi visa, y luego dos semanas y algo más aquí en la universidad, adaptándome rápidamente a este nuevo ritmo de vida y explorando cada rincón de mi nuevo hogar académico con gran entusiasmo.
Nos han tenido tan ocupados con muchísimas actividades y cursos de orientación que no había encontrado el momento de escribirles en profundidad, pero quiero que sepan que estoy muy bien y feliz.
La bienvenida a este lugar fue increíblemente agradable, y el recibimiento fue excelente, con bailes y cantos tradicionales que hicieron sentir a todos muy a gusto y bienvenidos **en esta tierra lejana, creando una atmósfera cálida y amigable desde el primer instante en el campus universitario.
Les cuento que a Katiuska, mi compañera de viaje, la enviaron a otro estado apenas llegamos a Europa.
Ella se fue antes que yo; de hecho, el mismo día que pisamos el aeropuerto.
Nos esperamos hasta el mediodía, la llamaron por altavoz y se fue, mientras yo me quedé unos días más esperando mis documentos para poder moverme finalmente a Hamburgo, un proceso burocrático que, aunque lento, valió la pena para llegar a mi destino final con toda la documentación en regla y sin contratiempos mayores.
Me complace decirles que llegué muy bien a la universidad y me siento increíblemente feliz con esta nueva etapa.
Estoy más que ansiosa por empezar mis estudios formales aquí, inmersa en un ambiente de aprendizaje internacional y con la mente abierta a todas las nuevas perspectivas y conocimientos que este lugar puede ofrecerme para mi futuro profesional.
Nos informaron que de lunes a viernes, durante los primeros cinco días de la semana, estaremos estudiando intensivamente en nuestras respectivas carreras.
Significa que tendremos una rutina académica bien establecida y muy enriquecedora, preparándonos para los desafíos intelectuales que nos esperan y aprovechando al máximo cada clase y cada oportunidad de adquirir nuevos saberes en un ambiente exigente.
¡Y los fines de semana, sábados y domingos, saldremos de paseo para conocer muchos lugares históricos y turísticos de esta hermosa región alemana! .
Tendremos la oportunidad de explorar y sumergirnos en la cultura local, disfrutando de la libertad de descubrir rincones encantadores y de capturar momentos inolvidables lejos de las aulas y las responsabilidades académicas de la semana.
Nos llevarán a distintos lugares como teatros, cines, parques, museos y otros sitios interesantes que enriquecerán nuestra experiencia cultural.
Además, nos darán una beca mensual de 100.00 euros para que la usemos en lo que queramos durante nuestras salidas y compras personales, un apoyo económico invaluable que nos brinda mayor autonomía y nos permite disfrutar plenamente de nuestras exploraciones sin preocupaciones financieras adicionales.
Tengo muchísimas cosas más que contarles sobre mi vida aquí, pero iré poco a poco, dosificando la información para que no sea demasiada de golpe.
Durante estos primeros tres años de mi beca, les estaré escribiendo con regularidad, manteniéndolos al tanto de mis progresos académicos, mis nuevas amistades y todas las aventuras que me esperan en este fascinante país europeo.
Y hay algo más importante: no solo les enviaré cartas por correo postal, aunque esta será una de ellas. También nos dijeron que la universidad cuenta con un salón de computación con acceso a internet de alta velocidad.
Como tengo mi correo electrónico personal, les enviaré mensajes a mis hermanas para que estén atentas cuando les escriba y les mande mis relatos más detallados por esa vía, estableciendo así una conexión más directa y rápida que acortará la distancia y nos permitirá compartir novedades al instante.
Les informaré de todo lo que haga por aquí, desde mis clases hasta mis experiencias diarias.
Cuando salga los fines de semana, les compraré algunos detalles y se los enviaré como un pequeño recuerdo de mi estadía en Alemania, pensando siempre en ustedes y en la alegría que me daría verlos disfrutar de esos pequeños obsequios cargados de cariño desde el otro lado del mundo.
Ya ha pasado una semana desde que llegué a esta universidad, y es inmensa y bellísima, con una arquitectura impresionante y áreas verdes muy cuidadas.
En alguna oportunidad pediré una cámara prestada a algún compañero, tomaré muchas fotos del campus y de la ciudad, y se las mandaré para que vean lo espectacular que es este lugar para estudiar y vivir, convirtiéndose en un verdadero hogar lejos de casa, lleno de oportunidades y belleza arquitectónica.
Desde ayer lunes, comenzamos oficialmente con las clases, lo que marca el inicio formal de mi etapa académica.
Nos presentamos uno por uno en el aula, y es fascinante ver la cantidad de personas de todas partes de Venezuela que hay aquí, cada una con su propia historia y sueños, creando un ambiente de diversidad cultural que enriquece enormemente la experiencia universitaria para todos los presentes.
Cada uno de nosotros compartió su nombre, de qué estado venía en Venezuela, a qué se dedica profesionalmente y su edad, en un ejercicio de presentación muy revelador.
Hay solteros, casados, y personas de diversas edades, desde los 19 hasta los 45 años, lo que demuestra la variedad del grupo. Algunos tienen hijos, otros no, y sus profesiones son muy variadas: enfermeras, mecánicos, e ingenieros, en fin, un sinfín de otras ocupaciones interesantes que reflejan la riqueza de nuestro país y la diversidad de talentos que hemos traído a esta institución académica internacional, prometiendo un intercambio de conocimientos y experiencias invaluable.
Desde el primer día que llegamos a la universidad, nos han atendido de maravilla en todos los aspectos, haciendo nuestra adaptación mucho más sencilla y agradable.
Estamos comiendo muy bien, recibiendo nuestras tres comidas diarias completas y nutritivas, lo que es fundamental para mantener la energía y el enfoque en nuestros estudios, asegurando que tengamos todo lo necesario para rendir al máximo en esta nueva etapa académica.
Para el desayuno, las salchichas son, según los nativos de esta ciudad, la comida más típica del desayuno alemán, una tradición que me ha sorprendido y agradado, seguidas por el muesli, los cereales y el pan con mermelada.
También se sirve pan fresco, huevos y queso variado.
Los alemanes suelen tomar cerveza en el desayuno, pero a nosotros, como estudiantes becados, no nos lo permiten, pues estamos aquí para estudiar y concentrarnos.
En cambio, nos sirven una tacita de café y otra con leche por si queremos café con leche, o simplemente café negro bien cargado y deliciosos jugos naturales, brindándonos opciones saludables y energéticas para empezar cada día con vitalidad y buen ánimo antes de las clases.
En el almuerzo, todo es perfecto y muy sabroso; la variedad es impresionante.
Les mencionaré algunos de los platillos que he probado hasta ahora y que me han fascinado por su sabor y su particular preparación. Aunque la lista es un poco subjetiva, estos merecen una mención especial por ser auténticas delicias culinarias.
El menú varía cada día, así que nunca comemos lo mismo, sino que siempre nos sorprenden con cosas distintas, lo que hace que cada comida sea una experiencia nueva y emocionante, permitiéndome explorar a fondo la rica y diversa gastronomía local con gran disfrute y curiosidad por los sabores tradicionales de Alemania.
* EISBEIN (Codillo de Cerdo): Preparado con la pata delantera del cerdo, es jugoso, rico en grasa y con un sabor único que lo hace inolvidable.
Se hornea o se cuece lentamente hasta alcanzar la perfección, y se acompaña comúnmente de cebolla caramelizada y el clásico chucrut fermentado, una combinación que resalta la profundidad de sus sabores y texturas, convirtiéndolo en un plato reconfortante y delicioso que representa fielmente la cocina bávara.
* SAUMAGEN (Estómago de Cerdo Relleno): Un manjar tradicional para paladares atrevidos y aventureros, definitivamente no apto para vegetarianos debido a sus ingredientes. Se rellena con panza de cerdo, entre otros ingredientes como tripa de res, trozos de salchichas para asar, papas al horno y diversas verduras frescas.
A veces le añaden nuez moscada, cebollas picadas y especias como pimienta, cardamomo y albahaca para un sabor aún más intenso.
Se sirve en rebanadas gruesas, como una salchicha gigante muy sustanciosa, ofreciendo una experiencia culinaria única y auténtica para aquellos dispuestos a probar las delicias más tradicionales de la región de Palatinado, donde es muy apreciado.
* SCHWEINEBRATEN (Cerdo Asado): Una verdadera joya culinaria de la región de Baviera que deleita a sus comensales con su ternura y aroma.
Se prepara bañando el hombro del cerdo con una mezcla exquisita de jugo de carne y cerveza oscura, para después hornearlo lentamente hasta que quede dorado y crujiente.
Se suele acompañar de albóndigas de papa caseras, col morada agridulce, cebollas asadas y otros vegetales típicos de la cocina alemana, creando un plato robusto y lleno de sabor que es un clásico en cualquier celebración familiar o festividad tradicional en el sur de Alemania, deleitando a todos con su perfección.
* SPÄTZLE (Pasta Alemana): No todo son embutidos en la comida típica alemana, y por eso se menciona esta pasta esponjosa y tierna que es una delicia por sí misma.
Puede comerse como plato principal contundente o bien para acompañar carnes diversas.
Eso sí, es una pasta más suave y delicada que las que se comen en otros países, como en Italia, con una textura única. Cuando se presenta como el platillo principal de la comida, es muy común que se acompañe con hígado salteado o espinacas frescas.
Ah, y si eso no es suficiente, esta pasta alemana también se suele mezclar con manzana rallada y azúcar para crear un auténtico dulce alemán, demostrando su versatilidad en la cocina y su capacidad para adaptarse tanto a preparaciones saladas como a postres reconfortantes que conquistan cualquier paladar exigente.
* ROULADEN (Rollos de Carne): Es un plato tradicional de la cocina alemana que también se sirve en distintas partes de Europa Central, mostrando su popularidad transnacional.
La idea es muy sencilla, pero no por ello menos deliciosa: se usan finos trozos de carne de ternera para hacer rollos cuidadosamente rellenos de tocino ahumado, cebolla caramelizada y pepinillos agrios, una combinación de sabores explosiva.
Para acentuar los sabores aún más, los alemanes le agregan mostaza dijon y pimienta negra recién molida.
Al servir, el Rouladen se puede bañar generosamente en una salsa rica y sabrosa con un toque de vino tinto, creando una experiencia gastronómica reconfortante y sofisticada que es ideal para cualquier ocasión especial o simplemente para disfrutar de una comida casera de alta calidad con amigos y familiares.