De un solo tirón, me deshice de su fuerte agarre y me eché para atrás. Donovan dio un paso hacia mí, pero al ver que me alejé casi al instante, se detuvo, frunció el ceño y solo me miró, intentando entender lo que estaba pasando.
—Cassia...
—¡Vete!
—No lo haré hasta que me digas...
—¡Vete de aquí, Donovan! —exclamé, con los ojos llenos de lágrimas, bajando la manga de mi camisa para tapar aquella horrible cicatriz—. No sé qué diablos piensas, pero no me metas en esto, ¿vale?
Pude ver cómo el alto tragó con fuerza, y por un instante, su mirada se nubló. Una vez más, le estaba gritando y tratándolo como si no me importara.
Odio hacer esto.
—Solo quiero saber qué está pasando, Cassia. Esa cicatriz...
—¿Esta? —Levanté mi muñeca cubierta y se la mostré—. ¿Qué quieres? ¿Que te diga que fue Adrik quien me la hizo? Pues lamento decepcionarte, Donovan. Él no me ha hecho nada —mentí de nuevo—. Sé que los dos se odian, pero no me metas en sus problemas. Deja de buscarle un motivo a mi regreso. ¿