Tal como esperaba, las acciones de ByteBloom Software siguieron una caída pronunciada conforme se regó por los círculos financieros y tecnológicos la noticia de que no podrían seguir usando su software base.
Incluso sus proveedores, negocios de confianza que llevaban trabajando con la empresa desde su fundación, empezaron a manifestar su inquietud.
Ser humillado y presenciar el inicio de la caída de su negocio en menos de veinticuatro horas no fue un trago dulce para Ezra, que apenas llegar a casa la tarde anterior desquitó su ira con un viejo jarrón que Dalila había comprado, y se lanzó a una diatriba sobre Brianna que no tardó en ser avivada por Ivette.
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Apenas llegar a su oficina, Brianna fue abordada por un emisario a quien reconoció como el asistente de Ezra, que le dirigió un mirar molesto y luego se fue, dejándola con un sobre que tenía algunos documentos dentro. Ella sabía bien de qué se trataba.
Entró en su oficina, la primera en llegar, y sacó los documentos. Su padre est