Esa tarde, tras un día agitado en el trabajo y atender a Evan, Brianna se fue a su oficina para ocuparse de algunas cosas.
A la media hora, alguien llamó a su puerta, lo que le extrañó. Kane seguía descansando en su habitación, con el alta médica dada para dentro del próximo par de días, por lo que pensó que sería él.
—Adelante.
Y no se equivocó.
La silla de ruedas se movió despacio. Lo notaba un poco cansado, presa del dolor que se volvía cada vez más opresivo, pero traía algo entre manos, una carpeta.
—Riley me trajo algo interesante —comentó, alzando el folio, y se detuvo frente a su escritorio. La oficina de Brianna no era tan grande, pero suficiente para trabajar en paz—. ¿Recuerdas que te dije que averiguaría si mi familia tenía alguna relación con tu madre?
Ella asintió, dejando de lado lo que hacía, la escaleta para un nuevo proyecto que esperaba poner en práctica a título personal pronto.
—¿Tienes novedades con eso?
—Sí. Fue complicado encontrarlo, y eso es lo curioso.
Briann