Dolía… dolía bastante.
Kane se hacía el fuerte, pero la realidad era que el golpe del accidente le había dejado un dolor permanente a lo largo de la espalda que, aunque soportable, tenía momentos en los que parecía querer matarlo.
—Una cirugía es la única salida —dijo el médico, revisando su historial—. Existe la posibilidad de que vuelva a sentir sus piernas si se somete a la cirugía, y el dolor también podría desaparecer; sin embargo… no conozco ningún doctor que se atreva a hacer tal intervención, ni siquiera a nivel internacional.
Kane frunció el ceño.
Estaba junto a Brianna en la habitación. Le hacían una revisión para saber cuándo podría ser dado de alta.
—¿Entonces los episodios de dolor se volverán permanentes? —preguntó, mirando al doctor para captar sus expresiones.
El galeno frunció el ceño, pero al final soltó un suspiro y asintió con la cabeza.
—Me temo que sí. Es necesaria una intervención quirúrgica completa. Existe la posibilidad de que el nivel de dolor aumente con el