—El doctor que lo atendió dijo que era un milagro que sobreviviera solo paralizado de las piernas —continuó Evie. En sus ojos se notaba un vistazo al pasado, a la nostalgia y el dolor—. Su auto quedó destrozado. Se rompió las dos piernas, tuvo una lesión medular que le impidió volver a caminar, se rompió algunas costillas, una de las cuales le perforó un pulmón, y se fracturó el cráneo. Estuvo en coma por tres semanas. Nadie creía que despertaría, pero lo hizo.

Su visión se nubló, y Brianna frunció el ceño.

Los artículos del accidente hablaban de lesión medular y crisis, pero la descripción de las heridas por parte de Evie relataba un calvario aún más grande.

—Tuvo amnesia por varios días, olvidó todo lo sucedido en esos años, incluso llamaba a su padre… Como consecuencia de todo eso, y también por la postura actual, de repente sufre de dolores. Él dice que solo es la espalda, pero sé que no es así, solo que no quiere preocuparme.

—¿Hay algo que pueda hacer para aliviarlo? —preguntó