Narrador Omnisciente:
—Bastian... ¿Estás seguro de lo que vas a hacer? —preguntó dudoso Alessandro Rossi, mirando fijamente a su amigo mientras jugaban al ajedrez, un pasatiempo que compartían a menudo cuando encontraban un momento libre.
Lombardo entrelazó sus dedos, observando el tablero bicolor. Analizaba cada pieza y cada jugada futura, pero, aunque su mirada estuviera en el ajedrez, su mente trabajaba midiendo sus próximas acciones. Ambos hombres se encontraban en el estudio de Lombardo.
—Por supuesto, Aless —le respondió, moviendo una de las piezas con una gracia calculadora—. ¿Cuándo he dudado o me he equivocado antes?
El moreno italiano apretó los labios, pensando seriamente en lo que su amigo acababa de decir.
—Es cierto —suspiró después de meditarlo un momento—. Es raro verte cometer errores, pero, desde hace un tiempo... no eres el mismo.
"Por supuesto que no lo soy", pensó el rubio, observando cómo su amigo movía otra pieza en el tablero. Bastian Lombardo había cambiado; y